Hablar de orgullo gay es lo mismo que sentirse orgulloso de ser o de alguien que es narcotraficante, drogadicto, violador, pervertido, asesino, secuestrador y/o cualquier otra clase de pecado que se cometa. Tal vez dirás que no es lo mismo pero, Dios lo ve igual, para Dios no hay diferencias de pecados, no es que unos sean más grandes y otros más pequeños, para él lo que es pecado, es pecado y punto. Apoyar o sentirse orgulloso del pecado sin importar cual este fuere, es revelarse contra Dios asumiendo que Dios está equivocado y que por ende nosotros no tenemos porqué obedecer o someternos a sus principios y mandamientos.
Dios estableció desde el Principio en su Palabra los estatutos y fundamentos de la familia y el matrimonio ( Génesis 1. 27; Génesis 2. 24), toda desviación que surja a raíz de esta verdad es considerada como un atentado a la ley moral de Dios y a la validez de su santa y perfecta Palabra, es decir que todo lo que va en contra de lo que él ya estableció como principio y verdad se considera pecado, no porque Dios sea un juez injusto o dictador, sino porque ¿Quien es la verdad sino solo él? Juan 14. 6.
¿Con qué o cuáles argumentos podríamos nosotros cuestionar a Dios? Pregúntaselo a uno que teniendo cualidades que la misma Biblia lo describe y consideró como un hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal, trató de cuestionar a Dios y para sorpresa suya, se quedó sin palabras.
Leer Job 38.
Nos empeñamos en juzgar a partir de nuestras propias opiniones y conveniencias acerca de lo que está bien o está mal excluyendo a Dios de la ecuación y olvidándonos de que él es único autor y creador de la vida y qué así como puso limites al mar, del mismo modo estableció todas las demás cosas incluyendo la familia y el matrimonio.
Nos hemos hechos sabios en nuestra propia opinión no asumiendo la rebelión de nuestros hechos y de nuestros actos pecaminosos que tan grave son, que la misma Biblia dice de estos:
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,
necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;
quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
Romanos 1. 26, 32.
Desde el principio Dios estableció sus decretos y nada de lo que hoy podamos vivir escapa a la respuesta que él de ante mano a dado a la humanidad sobre la verdad, nos la a dado a conocer a través de la creación, a través de su Palabra, a través de su Hijo y de la comunión que podemos tener en él a través su Espíritu Santo.
Por último quiero terminar no sin antes compartir estas citas bíblicas.
De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito:
Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado. Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.)
En ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo?
Romanos 3. 4, 6.
Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre.
Salmos 118. 8.