Últimamente he escuchado cosas desastrosas en boca de supuestos cristianos y predicadores; cosas que van desde decir que: Jesús se hizo ateo, hasta ofrecer cigarrillos supuestamente ungidos, a los feligreses.
Permítame citar a Oseas 4. 6 en el siguiente contexto
Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce. Así como ustedes, sacerdotes, se niegan a conocerme, yo me niego a reconocerlos como mis sacerdotes. Ya que olvidaron las leyes de su Dios, me olvidaré de bendecir a sus hijos.
En otras versiones dice que: mi pueblo perece (refiriéndose al Pueblo de Dios) porque le falta conocimiento; ¿recuerda ese famoso pasaje bíblico de Juan 8. 32?
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
...eso nos falta! nos falta conocer a Cristo, nos falta conocer a quien es la única verdad y el único camino al Padre.
Permítame hablarle un poco de lo que está ocurriendo aquí, quiero aclararle un poco la mente a ver si por obra de Dios y de su Espíritu Santo, usted despierta, abre sus ojos y desea empezar a anhelar y conocer más de Jesús, quien es la Verdad y el único y autentico Dios verdadero.
Lo que aquí está ocurriendo es una mezcla por parte de estos supuestos maestros y...!
Voy a tomar algunas informaciones del Libro de Abraham Dastferrez, sobre el movimiento de la New Age.
Dios está en desacuerdo con los cultos mezclados, aun cuando haya algo de verdadero en uno de ellos. La mezcla lo corrompe, lo desvirtúa, lo falsifica. El profeta Ezequiel en el capítulo 8 y 23 como Jeremías en su capítulo 7, nos muestran una vez más que no importa que se mencione el nombre de Dios en las oraciones (Ez. 8: 17, 18) ni que se reclame el ir a adorar al Dios verdadero (Jer. 7: 2) o a su santuario, ni que se practiquen ciertos elementos auténticos, como si todo eso fuera un exponente de la verdad. Todo queda contaminado como consecuencia de la mezcla, y Dios rechaza semejante expresión cúltica (Ez. 23: 38, 39; Jer. 7: 8- 10, 18).
Debe uno despojarse de todo aquello que no responde a la religión y doctrina de Yahvé (cf. 1 S. 7: 3). y consagrarse exclusivamente a Él.
En todo este comportamiento se comprueba la mano autora del artífice que se rebeló contra Dios. su estrategia consiste en Mezclar el bien, el mal, lo correcto y lo incorrecto.
Nunca la mezcla ha sido bien vista por Dios. La pretensión de que los opuestos pasen desapercibidos como lo que no son, en virtud de una desfiguración de la realidad ha sido condenada taxativamente por la Palabra de Dios.
Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (Is. 5: 20).
Todavía de un modo más sutil a partir de la heredera de Roma Imperial, hubo un despliegue de distintas variedades para conseguir fusión o amalgama entre el paganismo y la terminología cristiana. Satanás adapta continuamente su estrategia, y disfraza al mal con frecuencia de virtud. puede llegar hasta hacerse de defensor de una cierta moral con tal de despistar en su objetivo de cambiar la Ley de Dios (cf. Dn. 7: 25, 25-27). Puede mostrarse a través de sus instrumentos en la tierra como cumplidor de ciertos mandamientos de la Ley de Dios para proyectar el punto de vista de que los que sostienen esa posición están de acuerdo con la verdad de Dios, y sin embargo otras doctrinas son dejadas de lado o incluso ciertos mandamientos son sustituidos o mal interpretados.
Tanto la Bestia de Apocalipsis 13 con sus Cabezas actuando a lo largo de la historia, como la mujer ramera que con el espíritu babilónico y ocupando el trono que Satanás le ha provisto, para una época que llega hasta el fin de los tiempos (cf. Ap. caps. 16-19), hasta la venida del Cordero inmolado.
El profeta nos hace revivir con su descripción la mezcla y la unión fraudulenta. El cristiano del tiempo del fin tendrá que vivir una experiencia única en la historia. nunca antes se habrá dado una situación tal en la que la verdad y el error se hayan mezclado tan exquisitamente como para requerir una fidelidad y compromiso por la verdad que no admita fisuras de ninguna clase.
Ernest H.J. Steed no se equivoca cuando afirma lo siguiente:
El poder engañoso de Satanás ha dado lugar a multiplicidad de errores que oscurecen la verdad. El error no puede permanecer por si solo, y se habría extinguido, si no se agarrase como un parásito, al árbol de la verdad. El error saca su vida de la verdad de Dios. El árbol de la verdad lleva su propio espíritu auténtico, mostrando su verdadero origen y naturaleza. El parásito del error lleva también su propio fruto, muy diferente del de la planta de origen divino.