domingo, 12 de abril de 2015

Moléstanos Dios!

     El otro día mientras limpiaba y arreglaba un poco mi cama, encontré unos cartones y recordé un poco sobre todo eso, de como a pesar de no merecer nada, Dios nos había dado tanto y de como aun lo sigue haciendo. Recordé que verdaderamente es más seguro caminar fuera de la barca sobre el agitado mar hacia donde está Jesús aunque nos hundamos, a quedarnos seguros dentro de la barca pero lejos del maestro.
     Estos cartones  me hicieron recordar un poquito de su misericordia para conmigo.

     Uno tal vez se vuelve un experto hundiéndose, no porque quiera sino porque cuesta mantener la fe y la confianza, pero aun así, no hay nada como sentir los brazos del Señor que nos sostienen en medio de esas circunstancias que decidimos correr solo por creerle a él y obedecer a su llamado.

   Si tuviese que regalarles un bonus o alguna palabra respecto a esto, les podría decir que: su voz nos llama a las aguas donde nuestros pies pueden fallar, esas aguas profundas que nos llevan a quitar nuestra confianza y seguridad en nosotros mismos para ponerla y depositarlas en las manos de Dios.

Recuerda decirle:  Moléstanos Dios!  
- Cuando estemos demasiado satisfecho con nosotros mismos.                                             - - - - Cuando nuestros sueños se hagan realidad, solo porque hemos soñado muy poco.            - Cuando lleguemos a salvo, porque hemos navegado demasiado cerca de la orilla.                      - Cuando con la abundancia de cosas perdamos nuestra sed por tener mas de ti.                         - Cuando en el tiempo de amar, hayamos olvidado soñar con la eternidad.                                  - Cuando en nuestro deseo de construir en esta tierra, hayamos perdido la visión de un nuevo cielo.  
      Recuerda decirle, moléstanos Dios!

No hay comentarios:

Publicar un comentario